Dudas sobre presentarse o no a las oposiciones a maestros la primera vez

¿Me presento o no me presento a las oposiciones?

Si eres un opositor inexperto ahora, cuando ya casi estamos llegando a las oposiciones, es muy normal que te surja la gran duda ¿vale la pena presentarse a estas oposiciones a maestros o me espero a “tener más posibilidades”? La verdad es que estarás en desventaja si no tienes puntos en el baremo (sin antigüedad, los cursos cuentan poco), ni experiencia (cómo resolver casos prácticos, unidades didácticas) y si además hay una ratio alta (más de 70 opositores por plaza en primaria en Andalucía según Ustea, 1 plaza por cada 147 opositores en infantil en Castilla-La Mancha según los cálculos de Anpe, consulta en CCOO-Extremadura las ratios de todas las comunidades) hay que reconocer que la cosa está difícil. Aún así, sin dudarlo, la respuesta es SÍ, tienes que presentarte. Es este post voy a explicarte por qué creo que pese a todo el esfuerzo vale la pena.

Aunque me considero una persona muy optimista y creo que la actitud es muy importante en la vida (ya en otra ocasión hemos hablado de la importancia de las creencias positivas en la preparación de  las oposiciones), no voy a decirte frases de un optimismo hueco de “si quieres puedes”, “puedes conseguir todo lo que te propongas”; ni supuestas frases motivadoras del tipo “los ideales son como las estrellas…”, ni siquiera “que te presentes a ver si cuela”.

Voy a contarte mi experiencia la primera vez que me presenté a oposiciones y lo que aprendí de ella.

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Mi experiencia la primera vez que me presenté a oposiciones

Me presenté, como se suele decir, “un poco por sport”, bueno por sport y porque mi familia me presionaba en ese momento (algo que también supongo que te puede ocurrir a ti en cierta medida). No iba bien preparada, no tenía experiencia, prácticamente no tenía puntos, estaba en una ciudad muy pequeña donde la leyenda urbana era que no aprobaba nadie de fuera… en fin, un desastre, pero como te digo, me presenté.

En aquel momento había, como ahora, tres pruebas, la primera era el examen teórico y el caso práctico. Sólo había 20 plazas, nos presentamos casi 300 si no recuerdo mal, creo que la ratio era para infantil, mi especialidad, de 28 opositores por plaza. Ah!, y entonces el temario era de 50 temas: 25 generales y 25 específicos, aunque bueno, eso para esta historia es irrelevante. El caso es que la primera prueba era el examen teórico, y el caso práctico. Yo me sentía más segura con el teórico porque al no haber trabajado lo de resolver casos prácticos se me hacía más cuesta arriba.

Salieron las listas y había quedado la 12 por nota.

¡Me vine arriba!, ¡no me lo podía creer!, la 12, si podíamos entrar 20, de repente la plaza estaba a mi alcance. Me puse a preparar la encerrona como una loca, estuve días sin dormir, practicando, practicando y practicando. Llegó el día de la encerrona y me salieron dos unidades didácticas a elegir a cuál mejor. Lo hice perfecto, dije todo lo que se podía decir y mucho más. Salí convencida de mi éxito, podía ser que no consiguiera la plaza por falta de puntos, pero mi nota sería altísima, seguro.

Salieron las listas y no estaba ni siquiera aprobada. Un 4,11.

Me vine abajo. No me lo podía creer. Llegué a pensar que seguro que se habían confundido (creo que hasta revisé la nota). O que la leyenda urbana de que allí no se podía aprobar era cierta (de hecho el tribunal me preguntó de dónde era y por qué me examinaba allí). Pensé que con lo bien que lo había hecho y no había conseguido ni aprobar no podría hacerlo nunca porque mejor no me podría salir…

Y luego asumí mi fracaso: seguramente no lo hice tan bien como yo pensaba, probablemente ni con un 10 habría podido sacar la plaza ya que no tenía puntos y había mucha gente con la máxima puntuación en el baremo. Lo que yo creía que había sido una exposición magistral seguramente había delatado mi inexperiencia, mis nervios, mi falta de preparación.

Y (más) luego, una vez asimilada la situación, aprendí. Me di cuenta de que había estado a punto. Que pese a todos los factores en contra había sacado una muy buena nota en el examen ¡e incluso en el caso práctico!, que había pasado unos nervios terribles pero que había sido capaz de mantener el control, que mucha gente pasaba por la prueba y salía decepcionada como yo, pero que muchos otros la superaban… en definitiva que no era tan terrible, que con mejor preparación, y con circunstancias un poco más favorables lo conseguiría. Todo ello me sirvió para ir mucho mejor preparada a la siguiente convocatoria donde sí pude conseguir mi plaza.

Resumiendo

Desventajas de presentarte con poca preparación y/o pocas posibilidades

  • Obviamente requiere un gran esfuerzo, y se pasa mal, no te voy a engañar, los nervios son tremendos.

Ventajas de presentarse a las oposiciones aunque no se tengan muchas posibilidades

  • Aprendes muchísimo de la experiencia, cosas que nadie te puede enseñar.

  • Te sirve de entrenamiento para la siguiente, toda actividad humana mejora con la práctica.

  • Aprendes el procedimiento, la primera vez no sabes ni dónde tienes que ir, ni la documentación que tienes que llevar, ni si de dejan llevar dos bolis, ponen o no ponen el tema en la pizarra o si te dejan usar material en la exposición. Todo esto genera mucha inquietud y como oyes de todo no sabes de quién fiarte.

  • Se te desmontan muchos miedos y “leyendas” que has ido oyendo y que aunque no sabes si creértelos te agobian.

  • Descubres dónde tu nivel es más adecuado y donde fallas más lo que te ayudará a prepararte mejor reforzando tus puntos débiles.

  • Conoces a otros opositores, que triunfan y fracasan, y la comparación con ellos también te hace ser más realista en tus expectativas, y también te quita esa sensación de que todo el mundo sabe más que tú.

  • Descubres que la ratio no es del todo real, hay un porcentaje algo de gente que realmente no va a aprobar la oposición.
  • Y además, que haya pocas posibilidades no quiere decir que sea imposible.

imposible

Créeme la primera vez hay que presentarse aunque no se lleve la preparación adecuada, puede que la suerte te sorprenda, al fin y al cabo nada es imposible, y en cualquier caso, ganarás más de lo que te imaginas y probablemente no tengas nada que perder. Quiero decir que en algunas circunstancias (ratios altas, sin puntos), no se puede conseguir la plaza aunque saques un 10. Tus expectativas tienen que ser ajustadas a esa realidad. Tienes que saber cómo se evalúa, qué nota media hace falta para sacar plaza en tu especialidad en las condiciones actuales, cómo vas en el baremo y que nota tendrías que sacar en tu caso para tener posibilidades. Si tus expectativas son inadecuadas te frustrarás y eso es lo último. Las oposiciones son una carrera de fondo, y al final todo el mundo llega.

Nadie puede subir esta montaña por ti, pero a lo mejor puedo serte de ayuda:

 

Si quieres contarnos tu experiencia o comentar tus propias dudas te espero en los comentarios.

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